lunes, 25 de agosto de 2014

cartas



Se escribieron tantas veces, y hablaron por teléfono tantas más  que parecía que cuando se encontraran no tendrían nada que decirse. Pero era inevitable cuando ella se sentaba a escribir una carta para él, las ideas y cosas para contarle parecían no acabar en su cabeza, llegaban tan rápidamente de su cabeza... a su mano que muchas veces al terminarla y leerla antes de doblarla debía reescribirla; porque solo ella entendía tantas cosas contadas una casi prácticamente sobre otra; no importaba, porque ella se divertía, reía a carcajadas preguntándose ¿Como escribí eso?, o ¿Yo escribí eso?, En mi cabeza lo ordene diferente, decía; sonriendo. Al reescribir la carta ponía mas empeño en la caligrafía de cada palabra, siempre intentando que las palabras de amor se destacaran sin hacer muy obvio el resalte que quería darle. Imaginando la cara de él cuando leyera, creyendo casi adivinar cada una de las expresiones que el tendría desde que le llegara la carta.

Tenían algo como un trato secreto ninguno dijo nada al respecto nunca: pero no se decían cuando uno mandaba una carta al otro, entonces el mágico momento en el que llegaba la carta era único, el tenia como costumbre llamarla apenas recibía algo de ella, sin siquiera abrir la carta; apenas colgaban después de decirse el tradicional te extraño, te cuidas... te amo ya parte de un ritual entre los dos... Ella se quedaba mirando el teléfono por unos segundos como si podría alargar de esa forma la duración de la llamada, para luego entre suspiros nuevamente intentar adivinar las expresiones de él.